Las consecuencias del teletrabajo durante el aislamiento

El aumento del consumo de alimentos y servicios públicos en casa, así como la sobrecarga laboral son consecuencias del teletrabajo para muchos empleados.

Debido al aislamiento obligatorio tomado como medida de contención en varios países, las empresas tuvieron que encontrar formas diferentes para continuar con sus operaciones. Una de estas formas fue el teletrabajo o trabajo desde casa.

En su fase inicial, quienes ya tenían experiencia en el tema, lograron adaptarse con facilidad; mientras que para otros, pasar a lo digital ha sido más complejo de lo que pensaron. No obstante, gracias a la tecnología, muchas empresas han incurrido en esta práctica. Las reuniones a través de plataformas como Zoom o Google Meet ahora son el diario vivir de muchos colaboradores.

Para la mayoría de empleados, el teletrabajo era un sueño convertido en realidad. Responder a sus obligaciones laborales desde la comodidad de su casa, recibiendo el mismo salario, en ciertos de casos.

Para los empleadores, el ahorro generado en gastos de arrendamiento, seguridad, mantenimiento de estructuras y servicios públicos fue una luz al final del túnel frente a los últimos altibajos económicos.

Pero no todo es paraíso en medio de la crisis, si bien es cierto que los empleados han podido continuar con sus funciones laborales desde casa, existen consecuencias del teletrabajo, como veremos a continuación:

Incremento en el consumo de bienes y servicios

Ya que las personas se encuentran en sus casas más tiempo del acostumbrado, sus niveles de consumo en alimentos de primera necesidad han aumentado.

Para ejemplificar lo anterior, se han considerado las cifras dadas por Criteo para calcular el porcentaje de dicho incremento. A continuación, se toman varios países con alimentos comunes como pan, café, condimentos, granos, entre otros. Se observa que su consumo ha aumentado de la siguiente manera desde el 1 de marzo hasta el 10 de mayo:

Estados Unidos 286%, Latinoamérica (excluyendo Brasil y México) 277%, España 224%, Sureste asiático 193%, Italia 192%, Reino Unido 189%, Brasil 173%, Francia 171% y Alemania 131%.

Este crecimiento en el consumo dentro de los hogares genera un impacto negativo para los empleados puesto que, mientras sus gastos crecen significativamente, su salario sigue igual o incluso más bajo.

Salud mental afectada y estrés laboral como consecuencias del teletrabajo

Muchas empresas no habían realizado esta transición hacia lo digital, el estrés laboral y la presión por saber si el empleado está cumpliendo con sus funciones son otras consecuencias del teletrabajo.

La creencia de «si no está en su escritorio, no está siendo productivo» es la que más afecta a este tipo de compañías puesto que no confían en la autogestión y disciplina de sus empleados.

Por otro lado, también se ejerce estrés laboral ya que el empleado se obliga a cumplir con sus obligaciones sin tener en cuenta los límites de su jornada laboral. La necesidad de cumplir para demostrar confianza en su gestión, hace que el trabajador siga de largo y sin restricciones.

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Adiós a la rutina

La rutina de los empleados ha cambiado, no hay un espacio de distracción después del trabajo. Ahora continúan en el mismo lugar ya que, dado el confinamiento, los sitios de trabajo, descanso y placer se convirtieron en uno solo: sus casas.

Esta situación puede desencadenar en un «burnout» o Síndrome del Trabajador Quemado. Según la Revista IDEIDES, el «burnout» ingresó a la clasificación de enfermedades de la OMS y entrará en vigor el 1 de enero del 2022. Se describe como «un síndrome resultante del estrés crónico en el trabajo que no ha sido gestionado con éxito». Contempla tres elementos: «Un sentimiento de agotamiento», «cinismo o sentimientos negativos relacionados con el trabajo» y «menor rendimiento profesional».

Dado el rompimiento en la rutina del empleado, considerando la presión laboral por el exceso de reuniones sin importancia y la presión que se ejerza sobre el mismo para controlarlo, los casos de «burnout» pueden proliferar de manera considerable durante el aislamiento.

Tanto empleados como jefes deben poner de su parte para no agravar las consecuencias anteriormente mencionadas y lograr salir de esta experiencia con éxito. Si los empleados establecen rutinas y tiempos para el cumplimiento de sus tareas durante la jornada laboral y hacen valer la duración de la misma, no tendrán por qué invertir más tiempo del pactado en sus contratos. Así mismo, los jefes deben entender que el hecho de tener a sus colaboradores trabajando desde casa no significa que los mismos estén disponibles las 24 horas del día.